Los científicos han encontrado la relación de la publicidad televisiva con la oncología pediátrica y la obesidad.

Los especialistas en el Centro Médico Dartmouth-Hitchcock (EE. UU.) Revelaron un efecto inesperado de la publicidad televisiva. Dijeron que los comerciales en televisión. Aumentar significativamente la probabilidad de obesidad infantil y cáncer en niños y adolescentes..

El equipo de investigación estuvo encabezado por Jennifer Emond, profesora de ciencias biomédicas. La biomédica ha descubierto que las empresas que producen productos nocivos, como cereales para el desayuno, comida rápida, dulces de dudosa calidad con muchos carcinógenos y colorantes, azúcar y sustancias tóxicas de acción acumulativa, hacen publicidad en la televisión. con la expectativa precisamente en el joven espectador.

La publicidad se crea para que cause. deseo irresistible de probar lo que se muestra en ella Los niños comienzan a exigir, persuaden a los padres y, como resultado, reciben lo que piden.

Lo que sucede a continuación no necesita ningún análisis especial: se desarrollan hábitos alimentarios anormales, se desarrolla la obesidad, se desarrollan enfermedades oncológicas en los niños debido a la acumulación de sustancias cancerígenas.

En los últimos 10 años, el porcentaje de anuncios de este tipo en televisión ha aumentado en un 37%, según las estadísticas médicas de la OMS, el aumento en el número de niños obesos es de aproximadamente un 24%, así como en casos de oncología pediátrica más un 32% en el mismo período .

La publicidad de productos nocivos para niños, según expertos, se crea teniendo en cuenta. Los mejores mecanismos de la psicología infantil.Para los adultos, casi no funciona, pero para el niño es muy convincente.

Como parte del estudio, calificaron los videos que se muestran no solo en los canales de televisión estadounidenses, sino también en productos similares de Gran Bretaña, Rusia, Italia, España y Dinamarca.

Anteriormente, los científicos del London McMillan Cancer Center llegaron a las mismas conclusiones.

La única solución razonable, según los investigadores, podría ser en una prohibición total de publicidad de productos para niños y golosinas que contienen sustancias peligrosas. Pero hasta ahora no existe tal prohibición, todo está en manos de los propios padres, no para sucumbir a las súplicas de comprar un desayuno ya preparado o una barra de chocolate de la que son capaces.

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